El crujiente o polvo de jamón que te proponemos es ideal para dar un toque especial a tus cremas frías o calientes. ¡Así se prepara!
El crujiente de jamón no es otra cosa que jamón que se ha secado, se queda duro y se trocea fácilmente. Le da un toque crujiente a tus cremas o sopas y un sabor muy interesante. Lo mejor de todo es que prepararlo en el microondas es muy rápido y no tiene complicación ninguna. Te llevará menos de 5 minutos.
Después solo tienes que añadirlo a tu salmorejo o a una crema de melón para que todo el mundo se quede sorprendido. A la hora de presentarlo tienes varias opciones: puedes servirlo en pequeñas virutas o como una peineta (una pequeña loncha dura). ¡Gustará a todos! A continuación verás que no hay cantidades, depende de cuánto polvo de jamón quieras preparar. Vamos a por la receta del crujiente o polvo de jamón.
Índice (acceso rápido al contenido)
Ingredientes del crujiente o polvo de jamón:
- Lonchas finas de jamón.
- Papel de cocina.
Preparación del crujiente o polvo de jamón en el microondas:
– Coloca un papel de cocina sobre un plato llano y, a continuación, pon las lonchas de jamón sobre el papel.
– Tápalas con más papel de cocina y presiónalas ligeramente para que el papel se pegue al jamón.
– Coloca otro plato sobre el jamón. Así quedará la loncha completamente plana.
– Mete en el microondas los platos y programa un minuto. Pasado ese tiempo, sácalos del microondas y comprueba el estado del jamón. Estará listo cuando la loncha haya amarilleado y esté dura.
– Si aún está flexible, vuelve a introducir el jamón al microondas 20 segundos más y revisa. Nosotros lo tuvimos un total de 2 minutos y 30 segundos. A partir del primer minuto, ve poniéndolo a intervalos de 20- 30 segundos para no pasarte. El tiempo dependerá del grosor del jamón y de la potencia del microondas (cada uno calienta de una forma diferente).
Cómo usar el crujiente o polvo de jamón:
El crujiente de jamón es ideal para tenerlo guardado como ‘fondo de despensa’ y te servirá para darle un toque diferente a muchos platos:
– Puedes trocearlo en pequeñas porciones (con la mano lo harás fácilmente) y usarlo para aderezar cremas frías o calientes, sopas e incluso añadir un poquito a tus croquetas de jamón… ¡Le dará un toque de sabor muy especial!
– Puedes dejar media lámina entera y colocarla en tus platos a modo de peineta. Le dará un toque diferente a tus cremas o incluso a un risotto.
– Puedes triturarlo con un mortero y usarlo como ‘sal de jamón’. Si mezclas un poco de esta sal de jamón con pan rallado y rebozas tus fingers de pollo, tendrán un sabor muy original.
Para conservarlo, guárdalo en un tarro hermético en la despensa y te durará durante bastante tiempo en perfecto estado.
Más recetas con jamón que no te puedes perder:
- Champiñones rellenos de jamón
- Espárragos verdes con jamón
- Níscalos al ajillo con jamón
- Contramuslos de pollo rellenos
- Rollitos de tortilla de jamón y queso
- Canapés de champiñones con virutas de jamón