Te enseñamos cómo pelar avellanas sin esfuerzo. Un truco que resulta muy útil para los amantes de este fruto seco. ¡Fácil y rápido!
Hay una diferencia abismal entre el precio y la calidad de las avellanas ya peladas y las que compras a granel sin pelar. Pero claro, ¿cómo las pelo? ¿Cómo hago para quitarles la piel que está adherida a la avellana?
Este fruto seco, además de saludable, es ideal para usar como ingrediente principal de infinidad de dulces. Cuando llegan las navidades, esos polvorones que se preparan con avellanas tostadas son un auténtico capricho.
Desde hace ya mucho tiempo nos gusta comprar las avellanas a granel y luego pelarlas y tostarlas en casa, ahorras y tienes unas avellanas con mucho más sabor. Hacerlo no tiene ningún secreto y no se tarda prácticamente nada en tenerlas listas. Te contamos dos formas de pelar las avellanas en casa sin que te suponga ningún esfuerzo.
Cómo pelar avellanas paso a paso:
– Lo primero que hay que hacer es quitar la cáscara dura que recubre el fruto seco. Para ello solo tienes que colocar la avellana en una tabla de cocina y darle un golpe seco con un objeto pesado para romper la cáscara. Nosotros utilizamos un mortero de piedra para golpear la avellana y sale fácilmente. Aunque, eso sí, es un procedimiento un poco ruidoso porque hay que dar un golpe seco y al romperse suena.
– Cuando tengas las avellanas peladas tenemos dos métodos para tostarlas y quitarles la piel:
1. Al horno: pon a calentar el horno a 160 grados. Echa las avellanas en una bandeja que queden lo más extendidas posibles. Hornéalas durante 15 ó 20 minutos. Ve moviéndolas de vez en cuando para que se tuesten homogéneamente.
2. En la sartén: coloca las avellanas en una sartén lo más extendidas posible. Pon a calentar la sartén a fuego medio y ve moviéndola para que las avellanas se vayan tostando poco a poco sin quemarse.
En ambos casos verás que durante el proceso de tostado las avellanas van perdiendo la piel ellas solas.
Una vez tostadas, en cuanto puedas manipularlas ve frotándolas con las manos para quitar cualquier resto de piel que haya quedado. Verás que en muy poco tiempo tienes tus avellanas peladas y tostadas. Fácil, ¿verdad?
Después solo tienes que guardarlas en un bote hermético para tomarlas tal cual (son una delicia) o para usarlas como ingrediente principal de tus dulces. De verdad que merece la pena hacer este proceso en casa.
Me encantan las avellanas y no tienen nada que ver las que están recién peladas, están mucho mas ricas!!
Un beso