Hace algún tiempo tuvimos el placer de asistir a un curso de cocina donde Iria Castro nos enseñó a preparar algunas tapas deliciosas.
El postre que preparó fue una tarta de mousse de queso que sirvió en vasitos y con la que todos quedamos muy gratamente sorprendidos. Con una base de galletas y una mousse elaborada a partir de una crema inglesa y queso de untar conseguimos una deliciosa tarta.
Os vamos a enseñar una receta con la que triunfaréis en vuestras celebraciones. No necesita horno por lo que, además, es muy refrescante.
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Ingredientes:
- 75 gr. de galletas digestivas.
- 30 gr. de mantequilla.
- 155 gr. de queso de untar.
- 165 gr. de nata para cocinar.
- 30 gr. de yemas de huevo (aproximadamente 2 yemas medianas).
- 37 gr. de azúcar.
- 2 hojas de gelatina.
- 150 gr. de confitura de fresa.
Preparación de la tarta de mousse de queso con gelatina de fresa:
– Para hacer la base hay que triturar las galletas hasta que se conviertan en polvo. Para ello, ayúdate de una batidora, del accesorio parar triturar –si lo tienes- o de un robot de cocina, tipo Thermomix o My Cook.
– Funde la mantequilla en el microondas en un bol grande.
– Cuando la mantequilla esté lista, añade las galletas trituradas al bol y mezcla todo muy bien hasta conseguir que el polvo de galleta se impregne por completo de mantequilla.
– Después, hay que echar la mezcla en la base del molde donde vayas a preparar la tarta o, si tienes un aro de emplatar, en la fuente en la que lo servirás con el molde puesto.
– Extiende muy bien esta mezcla por la base, aplastándola para que, al enfriarse, quede perfectamente compacta.
– Resérvala durante 1 hora aproximadamente para que se enfríe por completo y se compacte.
– Mientras tanto hay que preparar el relleno.
– Hidrata las hojas de gelatina en un bol con abundante agua muy fría.
– Pon a calentar la nata en un cazo a fuego fuerte.
– Bate los huevos con el azúcar hasta conseguir una crema blanquecina que tenga el doble de volumen.
– Cuando la nata comience a hervir, échala, colándola con un colador, sobre las yemas y mezcla todo muy bien fuera del fuego.
– Vuelve a poner la mezcla en el cazo, a fuego máximo, y muévela con unas varillas sin parar.
– En el momento en que levantes las varillas y la crema quiera hervir, sácala del fuego.
– Echa la crema a un bol, escurre una hoja de gelatina, añádela a la crema y remueve muy bien.
– Déjala enfriar para que coja cuerpo y, cuando haya espesado, añade el queso de untar y mezcla todo con una varilla para conseguir una mezcla muy cremosa. Es importante hacerlo con varilla, bien de mano o eléctrica, porque la crema debe coger cuerpo.
– Echa la mousse de queso sobre la base de galletas, tapa con film transparente y deja enfriar en la nevera varias horas para que compacte. Se puede dejar así de un día para otro.
– Para terminar, pon a calentar a fuego medio la mermelada en un cazo con un chorrito de agua. Remueve de vez en cuando.
– Cuando, al moverla, veas que la confitura empieza a deshacerse, cuélala.
– Escurre la otra hoja de gelatina, incorpórala al bol con la confitura y mezcla todo bien con una espátula.
– Distribuye la confitura de forma homogénea sobre la crema de queso, que ya estará fría y compacta, y déjala enfriar para que se solidifique.
– Pasadas unas horas, desmóldala, sírvela bien fría y disfruta de esta deliciosa tarta de queso.
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