Visitamos el restaurante Molino de Alcuneza, un lugar que apuesta por reinterpretar y refinar las recetas tradicionales de la zona. ¿Te vienes a conocerlo?

Viajamos a un encantador hotel rural ubicado a muy pocos kilómetros de Sigüenza para disfrutar de la propuesta gastronómica del cocinero Samuel Moreno.Te hablamos del restaurante Molino de Alcuneza.
Se trata de un antiguo molino harinero que tiene más de 500 años y que ha sido convertido en un confortable hotel Relais & Château, lo que quiere decir que está en un agradable entorno, que es un lugar con encanto especial y que su gastronomía merece mucho la pena.
En esta ocasión te vamos a hablar de este último punto, de la oferta gastronómica de Molino de Alcuneza. Su chef, Samuel Moreno, basa sus menús en productos de la tierra y de temporada, la mayor parte de ellos de kilómetro cero y donde los panes, elaborados por él mismo con harina de la zona, tienen especial protagonismo. Y no podía ser de otra manera porque no hay que olvidar que estamos en un antiguo molino de harina del siglo XVI.
Su cocina es sabrosa, elegante y se basa en actualizar los platos manchegos de la tierra. La propuesta gastronómica de este restaurante se basa en tres menús degustación que son los siguientes:
– Menú Molienda: compuesto por tres aperitivos, tres entrantes, una carne y un postre. Cuesta 75 €/ persona.
– Menú Clásicos: tiene tres aperitivos, dos entrantes, un pescado, una carne y un postre. Tiene un coste de 90 €/persona.
– Menú Esencias: este incluye cuatro aperitivos, cinco entrantes, un pescado, una carne y dos postres. Su precio son 105 €/ persona.
Ninguno de ellos incluye bebida y todos se sirven a mesa completa, es decir todo el mundo tiene que tomar el mismo menú.
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¿Qué platos probamos nosotros en el restaurante Molino de Alcuneza?
En esta primera visita queríamos conocer su cocina y apostamos por el menú “Clásicos”, que es el intermedio en cuanto a longitud y se compone de los platos más representativos de la cocina de Samuel.
La comida comienza con tres pases en formato finger food o lo que es lo mismo, para comer con las manos. Lo primero que llega es una chocolatina de foie y kikos muy sabrosa y una buena forma de abrir boca.

Después continuamos con un perdigacho de pan de espelta, una reinterpretación de esta tapa tan típica de Sigüenza. Aquí el pan es un brioche de espelta de elaboración propia que se sirve con mantequilla de tomate cubierta por una anchoa y sobre la que se ponen unos puntos de alioli. Muy bueno.

Y el pase termina por todo lo alto con una excelente croqueta de centeno gigantón con jamón ibérico y leche de cabra, que se sale un poco de la croqueta de jamón de siempre, es menos líquida pero tiene una textura sedosa y láctea espectacular gracias tanto a la harina usada como a la leche de cabra.

En esta primera parte ya vemos que el pan y la harina tienen un protagonismo importante, pero cuando llega su bandeja de pan artesano lo corroboras completamente. Los amantes de este producto van a disfrutar mucho probando sus diferentes variedades. Con los panes llega una degustación de aceite con sal de una salina cercana (sí, en Guadalajara hay salinas, como lo lees).

La cosa se pone interesante cuando aparece el ramen de sopa de ajo negro manchego con setas, créeme si te digo que aunque haya 40 ºC a la sombra en la calle, este plato es para comerse tres sin despeinarse. En temporada de setas silvestres tiene que ser absolutamente espectacular.

Seguimos con el socarrat de careta de cerdo con carabineros y salsa brava, que es un mar y montaña lleno de sabor. Un bocado crujiente y pegalabios que combina fenomenal con el punto marino del carabinero. Muy interesante.

El pescado fue un lomo de bacalao con pil pil de setas y caldo de puchero que estaba muy bueno. El bacalao estaba en su punto y el pil pil y el caldo resaltaban el sabor del pescado.
La parte salada termina con una deliciosa paletilla de lechal al estilo moruno. A la mesa llega un cordero cocinado a baja temperatura, en formato rulo, con una carne que se deshace en la boca como si fuese mantequilla, acompañado de una salsa reducidísima y llena de sabor del propio asado que se aligera con la salsa de yogur, cilantro y lima. El resultado es un plato sabroso y equilibrado que no resulta para nada contundente, como suele ocurrir en otras ocasiones con esta carne.

El postre es un original y refrescante tubo de té con miel de la Alcarria que pone un buen broche dulce al menú. El crujiente del barquillo contrasta con la sedosidad de la mousse interior y el punto refrescante lo aporta el té.

Nosotros acabamos con dos cafés que llegaron con un platito de petit fours.
¿Qué nos parece el restaurante Molino de Alcuneza?
Esta casa la regentan dos hermanos Samuel y Blanca Moreno. Él se encarga de la parte gastronómica y ella controla la sala, la bodega y la dirección del hotel. Es un gran sitio para pasar unos días de descanso y relax en un entorno privilegiado disfrutando de una gastronomía de gran calidad.
Su restaurante tiene una estrella Michelin y un sol Repsol y no es para menos porque Samuel hace una refinada y original reinterpretación de los sabores de la tierra. Tal y como ya hemos apuntado, sus menús se elaboran casi en su totalidad con productos de la despensa de la zona, donde el pan y la harina tienen un protagonismo especial.
El equipo de sala trabaja en perfecta coordinación con la cocina y el comedor es muy agradable, lo que redondea la experiencia. Un sitio que merece la pena conocer para disfrutar de buena cocina en un entorno excepcional.
Aunque nosotros no nos quedamos a dormir, todo el mundo recomienda la experiencia de disfrutar de una noche en el hotel y rematar la jugada con el delicioso desayuno que proponen. Habrá que probarlo.
- Valoración: Excelente.
- Precio medio: depende del menú y el vino escogido.
- Fecha de la visita: junio 2023.
- Más información: Restaurante Molino de Alcuneza.
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