Visita a Bodegas Durón, en la D.O. Ribera del Duero

¿Te vienes con nosotros a conocer bodegas Durón? Está en el corazón de la Ribera del Duero y es perfecta para hacer enoturismo por la zona.

Uno de los principales atractivos de viajar a esta zona vinícola está en organizar una o varias jornadas de enoturismo en Ribera del Duero. Prácticamente todas las bodegas ofrecen la posibilidad de visitar sus instalaciones y catar sus vinos y, además, muchas de ellas tienen ‘wine bars’ donde pasar a tomarse una copa de alguno de los vinos que producen acompañada de un aperitivo.

Así es Bodegas Durón

Hoy os hablamos de la bodega que el Grupo Solar de Samaniego tiene en el municipio burgalés de Roa, en pleno corazón de la Ribera del Duero, y no es otra que bodegas Durón. Está ubicada en un entorno de una gran riqueza histórica, ya que está junto a un antiguo poblado medieval cuyos restos fueron cedidos a la Junta de Castilla y León para su estudio y protección. Se trata de una bodega estilo château rodeada de 100 hectáreas de viñedo propio con el que elaboran sus vinos.

En bodegas Durón fueron pioneros en la producción de vinos de la D.O. Ribera del Duero puesto que llevan produciendo vinos de calidad en la zona desde 1989 y la D.O. se puso en marcha a finales de 1990.

La principal variedad con la que trabajan es la tinta del país, que es la forma en que se denomina a la tempranillo en Ribera del Duero, aunque también tienen parcelas de cabernet sauvignon y merlot, que utilizan como mejorantes o para hacer algunos coupages.

Enoturismo en Bodegas Durón

En bodegas Durón ofrecen la posibilidad de conocer sus instalaciones en una visita que tiene una duración de unos 90 minutos, aproximadamente, donde el visitante puede descubrir en detalle el proceso de elaboración de sus vinos, y aprender sobre su vinificación y crianza mientras disfruta de unas magníficas vistas del viñedo sobre el que se alza la bodega.

Tras conocer las instalaciones, se pasa a la cata de 3 vinos con los que descubrir en detalle cómo trabajan bodegas Durón. La vista termina con un aperitivo a base de productos artesanos locales que prepara el cocinero de la bodega. Dicho aperitivo está compuesto de queso de oveja churra con mermelada casera de uva tinta del país, pimientos del piquillo confitados al vino tinto, morcilla de Burgos y pan torta de aceite. La visita tiene un coste de 25 € por persona.

Los interesados en la gastronomía local pueden ampliar su estancia disfrutando de una comida tradicional en el agradable comedor- mirador que tiene esta bodega. Allí, el cocinero de la misma ofrece un menú donde probar algunos de los platos más representativos de la zona como son la sopa castellana o el clásico lechazo asado al horno de adobe que se acompaña de ensalada verde. La comida termina con un postre casero y café. Todo ello se marida con los vinos de la bodega y su precio dependerá de los vinos elegidos.

Una bodega muy interesante para tener en cuenta si te planteas una ruta haciendo enoturismo por la zona de la Ribera del Duero.

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