Por eso es fundamental que cuando compremos el pescado sepamos primero qué queremos y después que sepamos distinguir qué pescado es fresco y cuál no lo es. Te vamos a dar unas pautas básicas sobre la compra de pescado. ¡Que no te la den con queso!
Existen muchas variedades de pescado, todas diferentes entre ellas pero podemos diferenciar dos grandes grupos: el pescado azul y el pescado blanco. Cada uno de ellos tiene unas cualidades características concretas:
– Pescado azul: los pescados azules son muy ricos en Omega3, regulan el colesterol y protegen el corazón. Algunos pescados azules son las sardinas, los boquerones o el salmón.
– Pescado blanco: es ligero, tiene muchas proteínas, sales minerales y pocas calorías. Entre ellos destacan la merluza, la dorada o la lubina.
Cuando visitemos nuestra pescadería es muy importante saber si el pescado que vamos a comprar está fresco. Estos son algunos consejos para no equivocarte:
– Asegúrate que el pescado huele a mar.
– Es importante que la piel del pez tenga colores vivos.
– Los ojos deben ser salientes y brillantes.
– Las agallas tienen que tener un color rojo intenso.
– La carne del pescado debe ser firme, elástica y de superficie lisa.
Si tu presupuesto no te permite comprar pescado fresco o quieres comprar pescado que no vas a consumir inmediatamente, una buena opción es compar pescado congelado, que ya podemos encontrar en cualquier supermercado y que es de buena calidad. ¡No renuncies a tomar este rico y nutritivo alimento!
Artículos relacionados:
– Receta: Lubina a la sal
– Técnicas de cocina: Limpiar el pescado
– Receta: Fritura de pescado
– Técnicas de cocina: Adobo de pescado
– Truco de cocina: Cómo conservar pescado