Acabamos de volver de un fantástico viaje a Mallorca de cuatro días recorriendo la isla, casi de punta a punta en coche. ¿Os venís con nosotros a ver qué hacer y dónde comer?

La verdad es que Mallorca es un destino que nos ha sorprendido muy gratamente. Antes de plantearnos ir teníamos la imagen de una isla a tope de turismo, con muchas zonas de playa con un ambiente más festivo del que solemos buscar. Sin embargo nos hemos encontrado con una isla llena de lugares mágicos, con calas increíbles donde contemplar impresionantes atardeceres, un turismo medido (hemos ido a finales de octubre, esto también influye), unos espacios naturales fantásticos y mucho que ver y que probar.

Estos días nos han sabido a poco, nos hemos dejado muchísimos sitios por conocer, productos que descubrir más a fondo y algunas experiencias gastronómicas que ya queremos repetir, así que, es un destino al que volveremos más pronto que tarde.

En nuestro viaje a Mallorca teníamos claro que íbamos a movernos en coche y que íbamos a combinar visitas a bodegas y a lugares en los que probar la gastronomía local con excursiones para conocer las ciudades, pueblecitos, playas y rincones encantadores de la isla.
Información práctica sobre el viaje a Mallorca
Dónde dormir: la isla se recorre muy cómodamente en coche, ya que las distancias más largas son de unos 70 km, por lo que no merece la pena ir cambiando de lugar de alojamiento. En este caso decidimos quedarnos en Palma para poder aprovechar las noches paseando por la ciudad y saliendo a cenar, ya que los pueblecitos tienen mucho encanto pero al final del día suelen estar muy apagados, especialmente en temporada baja.
la isla se recorre muy cómodamente en coche, ya que las distancias más largas son de unos 70 km, por lo que no merece la pena ir cambiando de lugar de alojamiento. En este caso decidimos quedarnos en Palma para poder aprovechar las noches paseando por la ciudad y saliendo a cenar, ya que los pueblecitos tienen mucho encanto pero al final del día suelen estar muy apagados, especialmente en temporada baja.
Elegimos el hotel Palladium que tiene cuatro estrellas y una buena ubicación. Está en una zona tranquila, muy cerca de la avenida de Jaume III, a un cómodo paseo del centro histórico. Está bien situado, en una zona con muchos barecitos con terrazas y restaurantes, pero que no es nada ruidosa. El hotel es tranquilo y las habitaciones son correctas, con camas cómodas, cosa fundamental para descansar debidamente. Para nuestro gusto faltó algo de tamaño al baño y mejorar la decoración pero, en general, todo está correcto. La oferta que contratamos incluía el desayuno, que también está bien, tiene buen café y un buffet correcto para empezar la jornada.
Coche de alquiler: aquí hay que tener cuidado porque muchas compañías ofrecen coches de alquiler a un precio irrisorio (como 2- 3 euros por día) pero luego es una subcontrata y cuando vas a alquilarlo resulta que te retienen en la tarjeta 1.500 € y como el coche sufra medio desperfecto te quitan todo o la parte proporcional que ellos consideran. También puede ser que te cobren 40- 50 euros para poder devolver el vehículo con el depósito vacío, etc. Lo mejor es alquilar el coche directamente con la compañía de renting (sin intermediarios), sin que te cobren esa comisión por la gasolina y pagar el seguro que te propone que puede ir desde unos 20 euros/día y vas con una cobertura completa y total tranquilad. Por menos de 30 € al día puedes tener un coche para moverte libremente por la zona.
Como las carreteras de la sierra son muy estrechas, no es interesante alquilar un coche muy grande. Mejor apostar por uno pequeño.
Aparcamiento: en Palma lo de la zona azul es otro nivel, hay controladores de estacionamiento regulado como si no costase y toda la ciudad es zona azul, lo que implica que además de pagar, tienes que cambiar de zona el coche cada 2 horas. Para nosotros no fue problema porque llegamos un sábado (se paga solo hasta medio día) y nos quedamos en la ciudad sábado y domingo (que no se paga). Durante la semana estábamos de excursión y llegábamos a las 19 -20 horas, es decir que pagábamos una hora y ya evitándonos dejar el coche en el parking. En los diferentes pueblos suele haber aparcamientos públicos con coste, pero a precios razonables.
Restaurantes: aquí hay que mirar muy bien dónde se va a comer porque en esta isla hay dos problemas (al menos en las zonas más rurales, en la ciudad la oferta es más amplia). El primero es que muchos restaurantes están muy enfocados al turismo, con la consiguiente baja calidad que eso suele conllevar y el segundo es que otros muchos buenos restaurantes están dirigidos a un público extranjero con un nivel adquisitivo bastante superior al español, lo que implica que un cubierto puede rondar entre los 60 y los 90 euros sin despeinarte. Con el vino pasa igual, es fácil encontrar vinos con un coste de un 30% o un 40% más elevado que en la península. Es fundamental mirar muy bien dónde se va a comer y contar con buenas recomendaciones para no acabar ni en una tasca, ni en un sitio donde te tengas que dejar dos riñones y el bazo por comer bien. En los siguientes artículos os iremos contando qué sitios escogimos nosotros y nuestras impresiones.

Bodegas: si te interesa conocer bodegas de la zona es importante reservar la visita con antelación porque luego sobre la marcha suele haber problemas, especialmente en las pequeñas. Nosotros en este viaje por agenda solo pudimos visitar una, Tianna Negre (muy comercial, pero es interesante para poder tener una visión general de lo que se está haciendo en Mallorca y probar varias referencias, ya que hacen muchos vinos distintos) y se nos quedaron pendientes algunas más pequeñas donde queríamos conocer la esencia de los vinos de la isla, tarea para la siguiente visita.
¿Qué ver en la isla en el viaje a Mallorca?
– Palma de Mallorca. Además de dedicar un par de días a pasear por la ciudad, aprovechamos las noches par picar, para ir a merendar y pasear por el puerto.
– La sierra de Tramuntana. Se pueden dedicar entre una y dos jornadas a recorrer los pueblecitos de la sierra. Las carreteras son alucinantes, hay que ir al Monasterio de Lluc, bajar por las carreteras llenas de curvas hasta Sa Calobra y luego volver a subir para seguir la ruta bien hacia Pollença (hacia el norte de la isla) o bien continuar al sur para visitar Sóller, Deià, bajar a cala Deià, para terminar en Valldemosa.

– Sur y levante de Mallorca. Es una zona menos turística, pero con unas calas y playas muy agradables. Merece la pena dedicar al menos un día para conocer esta interesante zona de la isla.