Viaje a la Alsacia (Francia). Ruta del vino

¿Te vienes con nosotros a realizar un viaje a la Alsacia? Un lugar de cuento donde disfrutar con los cinco sentidos.

La Alsacia es una región francesa ubicada al este del país, haciendo frontera con Alemania. Esta zona ha sido motivo de conflicto entre ambos países durante muchos momentos de la historia por lo que en algunos periodos de tiempo formó parte de Francia y en otros de Alemania. Esto hace de esta zona un lugar único, con una gastronomía que mezcla platos típicos franceses con platos típicos alemanes y una ruta del vino muy interesante.

Los amantes del vino y de la gastronomía se van a llevar una grata sorpresa en la Alsacia y van a disfrutar mucho. Además, la zona tiene mucho encanto turístico, con unos pueblos medievales maravillosos, llenos de color, casas pintadas de colores con vigas de madera (este tipo de construcciones ya las vimos en los pueblos que visitamos en el valle del Loira) y muchísimas flores. La verdad es que paseando por muchos de ellos era muy fácil transportar la mente a la época medieval. Un viaje en el que disfrutar con todos los sentidos.

Vídeo recomendado:

Ruta del vino Alsaciano: qué pueblos visitar

La ruta del vino de la Alsacia transcurre a lo largo de 170 km. por la llanura alsaciana entre las ciudades de Colmar y Estrasburgo. Comprende 67 municipios, todos ellos medievales, con muchas similitudes pero cada uno con un encanto particular.

Nosotros dedicamos cuatro días a hacer la ruta en coche, parando en los lugares que nos parecieron más significativos y que merecían una visita. Todos ellos son pueblos de cuento, con casas preciosas, llenos de flores por todas partes, bodegas, viñas… Nuestro consejo es que aunque decidas qué pueblos quieres visitar, dediques algo de tiempo a perderte por esas maravillosas carreterass, que pares a ver los viñedos y subas a la montaña para contemplar ese paisaje de pueblos y viñas. Es todo un espectáculo.

ruta en coche en la Alsacia

Estos son los pueblos que decidimos visitar nosotros:

Colmar

Colmar es la capital del alto Rin y, después de Estrasburgo, es la localidad más grande y más visitada de toda la zona. La verdad es que es una ciudad que merece mucho la pena y a la que hay que dedicar por lo menos medio día.

Lo primero que debes hacer es dirigirte a la oficina de turismo ( 4, rue des Unterlinden), donde te proveerán de un mapa con un itinerario por la ciudad y otro con la ruta del vino alsaciano que te vendrá muy bien para planificar los sitios que visitarás en las próximas jornadas. El centro histórico de Colmar es bastante grande, con muchos puntos de interés y rincones por los que merece la pena pasear tranquilamente. Como curiosidad Fréderic-Auguste Barhold, el autor de la Estatua de la Libertad (de la de Nueva York y la que hay en París), nació aquí.

Petit Venise, Colmar


La Petite Venise (La Pequeña Venecia) es una de las zonas más bonitas de la ciudad. Un pequeño río, el Lauch, atraviesa Colmar, rodeado de las típicas casas alsacianas con entramados de madera en sus fachadas y los balcones llenos de flores. Esta zona tiene un paseo de lo más romántico.

En la Rue de la Poissonerie (justo al lado del restaurante donde comimos) había un embarcadero para realizar paseos en barca por el río. Y en uno de los flancos de este pintoresco barrio encontrarás el mercado cubierto de Colmar, pequeño pero muy coqueto, donde puedes aprovisionarte de viandas locales.

Eguisheim

Este pequeño pueblo está ubicado a 7km. de Colmar. Es un municipio que parece estar detenido en la Edad Media. Aquí verás casas multicolor de entramado de madera, muchísimas flores, pozos de piedra, carros con toneles… Y una fuente del siglo XVI (en la plaza de Saint León) que tiene en el centro la estatua de Bruno D’Eguisheim proclamado Papa en el año 1408 con el nombre de León IX.  Merece la pena perderse por sus estrechas calles empedradas.

Una de las cosas que más nos sorprendió fue la gran cantidad de portones abiertos a patios particulares donde están las bodegas de los productores locales, aqúi puedes compar y catar vinos. Originariamente estos patios pertenecían a los nobles y a las abadías. Eran lugar de compra, venta, cobro de impuestos y gestión de producción. En el siglo XVII este pueblo tenía 20 patios, lo que nos permite hacernos una idea de la infuencia de esta villa en esa época.

Eguisheim


Compras: nosotros paramos a comprar vino en Eguisheim en estas dos bodegas:

  • León Baurr: una botella de riesling y otra de pinot blanc.
  • Wolfberger: es una cooperativa con un montón de vinos de diferentes productores donde elegir. Nos llevamos una botella de gewürztraminer y una pequeña de un cremant de la Alsacia (espumoso de la zona).

Turckheim

Es un pueblecito muy tranquilo totalmente medieval. A partir del siglo IX Turckheim se desarrolló a la orilla izquierda del río La Fetch en los dominios de la Abadía Munster. A partir del siglo XV vivió una etapa de gran prosperidad gracias a la exportación de sus vinos a Suiza y a todo el valle del Rin. De aquella época se conservan algunos edificios renacentistas de lo más interesantes.

En la actualidad en esta localidad se cultivan 350 hectáreas de viñedo, por lo que es una de las ciudades vinícolas más importantes de la región.

paisaje alsaciano
Riquewihr

Es uno de los pueblos más visitados de la Alsacia. Durante las dos Guerras Mundiales Riquewihr no sufrió ningún daño, por lo que conserva su patrimonio totalmente intacto. Su situación entre viñedos, hace que sea un pueblo de cuento.

El problema es que está abarrotado. Lo mejor es visitarlo a primera hora del día o a última, cuando las excursiones organizadas no han tomado la ciudad. Si vas en las horas centrales, te resultará complicado pasear por Riquewihr. A nosotros, a pesar de que nos pareció bonito, también nos pareció excesivamente turístico. Le encontramos más encanto a cualquiera de los otros pueblos que hemos mencionado, que tienen muchos menos visitantes.

Hunawihr

Este pueblecito prácticamente no tiene turismo, por lo que es un placer pasear por sus calles. La iglesia y el cementerio fortificados son de lo más pintoresco.

La localidad nunca estuvo amurallada, por lo que cuando había peligro la población buscaba refugio en la iglesia, ubicada en un lugar estratégico. Merece la pena contemplar las vistas desde allí.

Hunawihr, Alsacia
Ribeauvillé

Ribeauvillé se encuentra entre montañas, rodeada por tres castillos: uno del siglo XI construido por una importante familia de la zona (los Ribeaupierre), de donde toma el nombre el pueblo. Cuando en el siglo XIII adquiere rango de villa se construyeron los otros dos castillos.Este pueblo tiene una gran calle principal, la Grand Rue, con muy buenos ejemplos de casas alsacianas.

Saint-Hyppolite y castillo de Haut-Koeningsbourg

El día que teníamos pensado visitar el castillo de Haut-Koeningsbourg optamos por ir a comer a Saint- Hyppolite, una pequeña aldea amurallada bajo el castillo feudal.

El castillo está ubicado en lo alto de la montaña Stophanberch, por lo que para llegar hasta ahí tendrás que conducir por una carretera con curvas. Se puede hacer la mayor parte del trayecto en coche, pero al final hay que hacer un tramo a pie.

Está situado a 755 metros de altitud y desde el castillo se observan muy buenas vistas del valle alsaciano con sus pueblos rodeados de viñas. Ten en cuenta que debes ir con tiempo ya que cierra a las 18 horas (la venta de entradas termina 45 minutos antes), por lo que si quieres verlo, tienes que planificarte bien.

Este castillo es uno de los símbolos de la región. Fue construido a principios del siglo XII por la familia de los Hohenstaufen. Sufrió muchos daños en la Guerra de los Treinta Años y fue completamente destruido a causa de un incendio en 1633. En 1899 Guillermo II Hohenzollern encargó su reconstrucción.

Castillo Haut-Koenigsbourg

Obernai y monasterio de Saint Odile

Obernai es la ciudad natal de Santa Odile, patrona de la Alsacia, y está ubicada en las estribaciones del macizo de los Vosgos.

En la Place du Marché se encuentran los edificios más famosos de la población. Esta plaza está rodeada de antiguas casas a dos aguas y en ella se encuentra el antiguo almacén de grano de estilo renacentista, el Ayuntamiento con fachada de 1525 y la elevada Torre de la Capilla , de los siglos XIII y XIV. Además, en el centro de la plaza hay una fuente con imagen de la santa.

Obernai


Desde Barr, siguiendo 11km. por la carretera D854 llegarás al Mont Sainte Odile, situado a 761 metros de altitud. Es uno de los puntos turísticos más visitados de la Alsacia y un lugar de peregrinación. En la montaña hay un convento de monjas construido en el siglo VII y reconstruido en el siglo XVII. La iglesia conserva la capilla de la Ste.- Croix de la construcción antigua y la capilla de Santa Odile, donde están las reliquias de la santa.
Desde la terraza del convento hay unas impresionantes vistas de los Vosgos y la Selva Negra.

Dónde comer

Nosotros hicimos la ruta del vino alsaciano en cuatro días en coche, parando en los pueblecitos que nos parecieron más pintorescos para pasear por ellos, comprar vino en las bodegas que más nos gustaron… Estos son los restaurantes en los que comimos durante esos días:

– Colmar. La Krutenau (1, dela Rue de la poissonerie), justo al lado de la Petite Venise. Fue el primer día de nuestro viaje e íbamos fuera de hora por lo que paramos en esta agradable terraza donde las tarte flambee son las protagonistas (son unas pizzas alsacianas de masa finísima, que se elaboran a base de cebolla y queso Munster).

Tomamos 2 tarte flambee, 1 nature y otra gratinee y dos copas de vino gewürztraminer de la zona. De poste un merengue con helado de chocolate, fresa y vainilla. Se trata de un sitio informal donde todo el mundo toma estas pizzas alsacianas. Buena opción para las comidas o cenas en horas tardías o una comida informal. Precio medio: 15-17€/ persona.

tarte flambée alsaciana

– Eguisheim. La grangeliere. Este restaurante tiene varios menús interesantes: menú le terroir (29,5€/persona), menú le gourmand (de pescado), por 38€/ persona y un menú degustación por 49€/persona. Ningún menú incluye bebidas.

Nosotros tomamos el menú de la tierra y elegimos: salade mêlée con queso Munster (ensalada con queso típico alsaciano) y paté en croute (terrina de carne envuelta en hojaldre típica de la Alsacia), de primero. Chucrut de pescado (otro de los platos típicos de la Alsacia, elaborado a base de col agria y diferentes carnes o pescados) y un guiso de carrilleras de cerdo de segundo. Para beber: 50 cl. de pinot noir de la zona. Postres: tarta de ruibarbo con merengue (era la tarta del día) y sorbete de limón con licor de gewürztraminer. Precio medio: 37€/persona.

restaurante La Grangeliere, Eguisheim

– Saint- Hippolyte. Winstub Rabseppi-Stebel (el restaurante informal del Hotel Le parc). Este restaurante tiene un menú de la tierra a un precio de 25€/persona, un menú corto por 29€ y un menú Rabseppi a un precio de 32€/ persona. Ninguno de ellos incluye bebidas.

Nosotros elegimos el menú de la tierra: tomamos terrina de conejo con gelatina de estragón, ternera guisada con spretzels (una pasta corta típica de la Alsacia, que acompaña muchos guisos y que fue todo un descubrimiento para nosotros) y de postre tarta del día, que era tarta de ruibarbo (otro descubrimiento del viaje). Para beber empezamos con un espumoso rosado de aperitivo y luego tomamos una botella de vino tinto elaborado a base de uva pinot noir de un productor local. Precio medio: 47€/persona.

Winstub Rabseppi Stebel, Saint Hippolyte

– Obernai. Le Caveau de Gail. Es la ‘winstub’ (restaurante informal) del hotel A la Cour D’Alsace y tiene la ventaja de abrir los lunes ya que el hotel tiene dos restaurantes y el otro cierra ese día. Tienen un menú del día que cuesta 27,5€ que consta de entrante, plato principal, postre y café (no incluye bebidas). También tienen un menú de la tierra que cuesta 32€ y puedes incluir una copa de vino sugerida por el sumiller, en este caso el menú cuesta 42€.

Nosotros tomamos el menú del día: de primero una deliciosa quiche Lorraine, continuamos con dorada y de postre una galleta de té verde con merengue francés, merengue y limón. Lo acompañamos de media botella de agua y una botella de riesling de la zona. Terminamos con dos café s y unos petit fours. Precio medio: 43€/persona.

Caveau de Gail - Obernai

Información práctica

– Cómo llegar. Hay dos opciones para llegar esta zona: volar hasta Estrasburgo o bien al Euroaeropuerto de Basilea-Mulhouse- Freiburg. Nosotros elegimos este último. En el aeropuerto teníamos alquilado un coche (importante: alquilarlo en la zona francesa, que es mucho más económica que la suiza o la alemana) para desplazarnos cómodamente por la zona. Es un aeropuerto pequeño por el que es muy fácil moverse.

– Coche de alquiler. En el aeropuerto encontrarás muchas empresas que ofrecen coches de alquiler, es importante alquilarlo desde España y una vez allí solo hay que ir a recogerlo. De hecho, si vas sin reserva, es posible que en ese momento no haya ninguno disponible. En cuanto al tipo de coche, lo mejor es optar por uno diésel y los sitios más económicos para repostar son las gasolineras de los supermercados tipo Alcampo o Carrefour (que verás a la salida de casi cada pueblo).

– Carreteras. Desde el Euroaeropuerto hasta Estrasburgo (el final de la ruta) hay 129 km, por lo que es muy fácil y muy cómodo moverse por allí. Nuestro coche tenía GPS incluido, pero con un mapa de carreteras de Francia es más que suficiente para manejarse sin ningún problema.

– Hoteles. Como la ruta no tenía muchos kilómetros, en este caso preferimos elegir un único hotel e ir desplazándonos en coche de un sitio a otro. Decidimos ubicarnos en Estrasburgo, la capital de departamento del bajo Rin y la ciudad más grande de la zona. Fue buena opción porque es una ciudad llena de vida, por la que se puede salir por la noche y disfrutar de buenos paseos nocturnos. El resto de pueblos, los vimos más apagados cuando pasaban las 6 de la tarde. Elegimos el Hotel D Strasbourg y nos encantó. Tiene 4 estrellas, las habitaciones son muy cómodas y hay wifi , lo que facilita la planificación de las jornadas. Está muy bien ubicado, a menos de 10 minutos de la plaza de la catedral dando un agradable paseo. Eso sí, no tiene restaurante, ofrece desayuno pero no puedes comer ni cenar en él. Para nosotros no es un problema porque en este tipo de viajes comemos en diferentes restaurantes por la zona y solemos cenar las viandas locales que compramos en los mercados.

– Aparcamientos. En Estrasburgo no merece nada la pena moverse en coche, por lo que optamos por dejarlo aparcado en el hotel (con un coste adicional de 20 euros/día). En el resto de sitios, al ser pueblos pequeños se podía aparcar sin ningún problema y los aparcamientos públicos eran muy económicos.

– Horarios. En los restaurantes el horario de comida suele comenzar a las 12 y durar hasta las 13:30 horas aproximadamente. Es muy importante que lo tengas en cuenta si quieres comer bien. El resto de sitios que tienen horario ininterrumpido suelen ser muy turísticos y comerás peor. Generalmente los restaurantes cierran los domingos y los lunes.

– Comida alsaciana. Os hablaremos en detalle de la comida y los vinos de la Alsacia en otro artículo, ya que merece un capítulo aparte. Se trata de una gastronomía muy rica que mezcla platos franceses y alemanes. Durante la semana, la mayoría de restaurantes ofrecen un menú que está entre 30 y 35 euros, y generalmente te permiten optar por una ‘fórmula’ donde puedes pedir un entrante y un segundo o un segundo y un postre. Suele costar entre 18 y 20 euros. Las bebidas no están incluidas.

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